Despedimos el primer trimestre con una convivencia en Sierra del Brezo
El viernes 11 de diciembre
a las 17:30 comenzó la aventura natural y el campamento de fin de semana de los voluntarios
de la ONGD Haren Alde en
la Sierra del Brezo, en la montaña de
la provincia de Palencia. El viaje comenzó con una espesa niebla que parecía no acabar nunca pero comenzó a disiparse llegando
al destino.
Tras dos horas de viaje
desde Valladolid, llegaron al albergue “Sierra del Brezo”, en la localidad de Velilla del Río Carrión (Palencia). Descargaron todos los víveres y maletas y dieron buena
cuenta de las tortillas, empanadas, croquetas, bocadillos, san jacobos y demás alimentos
preparados con mucho cariño por las mamás en una cena compartida.
Para terminar el primer
día y despejarse del largo viaje se organizaron dos juegos nocturnos
por el bosque aledaño a la instalación. El primero de ellos consistía en que los participantes
llegasen hasta un punto iluminado sin ser
vistos por los vigilantes del juego. El segundo fue un Atrapa la
Bandera, donde cada equipo debía encontrar y robar
la bandera del equipo rival sin ser interceptados.
El día siguiente fue
una intensa jornada en la naturaleza
que comenzaba con dos posibles opciones para los
voluntarios. La primera consistía en hacer una ruta llana hasta la presa del embalse
de Compuerto. Los más aventureros, en la segunda
opción, tuvieron el valor de subir una gran pendiente a través del bosque hasta
llegar al Collado y disfrutar de unas maravillosas
vistas del entorno natural.
Por la tarde, dentro
de la localidad, se preparó una divertida e interesante yincana fotográfica-tecnológica, en la que los participantes tenían que ir escaneando
códigos y descifrando las diferentes fotografías que debían
tomar.
Por la noche hubo aún
tiempo para una increíble
ruta nocturna bajo el gran manto de estrellas al que poco están
acostumbrados en la ciudad. La noche terminó con una “prenochevieja” con campanadas y cotillón incluido.
Para finalizar la inolvidable
convivencia, el domingo todos despertaron al ritmo de la música para llenarse de
energía de cara a lo que aún les esperaba. Por grupos fueron practicando espeleología
en la cueva de Velilla, en cuyo recorrido
había pruebas naturales que había que superar. Al final todos se llevaron un peluche de regalo y un gran recuerdo de la experiencia.
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